“Nosotras Movemos el Mundo”

Thelma Fardín y Dora Barrancos subrayaron la necesidad de una reforma judicial feminista

LA PLATA, 08-03-2022 | PUBLICADO POR REDACCIÓN

Así lo resaltaron ambas militantes feministas durante el encuentro realizado este último sábado a la tarde en la sala Argentina del Centro Cultural Kirchner, en la charla “testimonios que mueven el mundo”, que formó parte de la tercera edición del ciclo “Nosotras Movemos el Mundo”.


En el marco de la tercera edición del ciclo “Nosotras Movemos el Mundo” que se realizó en la sala Argentina del Centro Cultural Kirchner, durante la arde de este último sábado en la charla “testimonios que mueven el mundo”, Thelma Fardín y Dora Barrancos dialogaron sobre la situación de las mujeres en la Argentina de hoy y en otros temas marcaron lo deficitario que es el actual servicio de justicia respecto a las mujeres..
 
La actriz Thelma Fardín, quien todavía lucha para que el actor Juan Darthés sea enjuiciado por haber abusado de ella cuando era menor de edad, y la investigadora Dora Barrancos coincidieron  considerar urgente una reforma judicial que proteja a mujeres y disidencias.

Barrancos entrevistó a Fardín esta tarde en la sala Argentina del Centro Cultural Kirchner en la charla “testimonios que mueven el mundo”, que formó parte de la tercera edición del ciclo “Nosotras Movemos el Mundo”, organizado por el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad.

Durante ese diálogo, la actriz sostuvo: “necesitamos una reforma judicial feminista que no sólo sea para la justicia federal, sino que remueva obstáculos y garantice derechos provincia por provincia. En el Poder Judicial hay sin dudas una casta que no se ha deconstruido; ese es el siguiente camino que hay que allanar en un momento en que la Justicia se habla a sí misma y no habla con la sociedad, hoy abusar de una criatura tiene la misma pena que librar un cheque sin fondos”.

Desde su experiencia, Fardín señaló que “es muy injusto que las víctimas tengamos que saber tanto sobre los mecanismos judiciales para sufrir un poco menos, las víctimas terminamos como espectadoras de un partido de tenis que los abogados del victimario juegan contra el Poder Judicial; frente a esos desafíos tenemos que seguir de pie y con la frente en alto”.

“Frente al abuso y la violencia son muchos los caminos posibles a transitar y tuve la suerte de tener mucha gente dispuesta a dar el salto conmigo, yo hablo desde una serie de privilegios enormes porque soy una mujer blanca heterosexual de clase media trabajadora; sin embargo, tuve la sensación muy fuerte de que si animarme a denunciar servía para que alguien del otro lado no se sienta sola frente a una experiencia similar y supiese que podía buscar ayuda era más que suficiente”, indicó.

En ese sentido, enfatizó: “No me podía hacer la boluda, yo veía un sinfín de violencia para las que denunciaban y el dolor de las causas que prescribían y cuando ellas se animaban a hablar eran víctimas de una cultura de violación que las ponía en el lugar de las locas o que difamaban, la indignación por el dolor de esas mujeres es la que me llevó a hacer lo que estaba en mis manos que era denunciar lo que me había pasado”.

“Jamás me imaginé el abrazo de toda la sociedad, me preparé para el peor escenario y recibí una catarata de empatía que pensé que no teníamos. Fue un empuje para la causa individual y para la causa colectiva; cuando empecé a pensar en hacer la denuncia lo primero que me di cuenta es que era algo que no había manera de hacerlo sola y eso me catapultó al abrazo colectivo primero privado y después en público”, añadió.

Fardín apuntó que “los medios internacionales identifican mi caso como ‘el me too argentino’, creo que hay una cuota de eso pero que la experiencia del feminismo argentino va mucho más allá".

"El 'me too' en Estados Unidos es algo más individual y de un feminismo de tacos altos para el que es muy cómodo instalar temas desde una alfombra roja, en Argentina el proceso es más profundo y colectivo”, consideró.

Barrancos, por su parte, destacó que “en Argentina el feminismo ha consolidado la idea de que sólo se hará justicia social con justicia de género, aún en medio de la pandemia pudimos construir la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que fue un salto extraordinario para mujeres y personas gestantes, luego la Ley de Cupo Laboral Trans, y también la decisión de desacomodar el binarismo con el nuevo DNI”. (Télam)