El Ministerio Público Tutelar inicia una cruzada que propone el “disfrute de los festejos sin elementos que hagan estruendo y sin pirotecnia, para contribuir así a una convivencia respetuosa.
El uso de pirotecnia puede afectar el sistema nervioso, especialmente en aquellas personas neurodivergentes (incluye personas con dislexia, dispraxia, déficit atencional con hiperactividad o con TEA), con hipersensibilidad auditiva, recién nacidos, personas usuarias de los servicios de salud mental y adultos mayores”.
Soledad Zangroniz, cofundadora y presidenta de la Fundación Brincar, por un autismo feliz, habló con este medio sobre el uso de pirotecnia, y afirmó que este tipo de campañas se originaron “a partir de la sensibilidad al sonido que tienen las personas con autismo, un síntoma que afecta al 70% de ellas”.
También se refirió a los perjuicios que traen los fuegos artificiales para estas personas: “pueden provocarles ansiedad, miedo, estrés, dolor, desorganización emocional, taquicardia, pérdida de conocimiento, pérdida de noción espacial, confusión, angustia y convulsiones”. Reconoce que el objetivo de estas campañas es “generar empatía y respeto por las personas con autismo y promover alternativas más seguras y amigables”.