Leyendas suburbanas

El día que Perón estuvo en Ringuelet

LA PLATA, 01-07-2019 | PUBLICADO POR REDACCIÓN

Por Valdemar Tzará, Recuperador de historias orales, propias y ajenas. "Yo, de pibito, lo vi al general de espaldas, caminando por las vías. Estaba un poco lejos, pero lo vi. Una mujer iba caminando al lado. Supongo que era Evita".


Fue en plena huelga de futbolistas, la primera huelga que le hicieron a Perón, cuando, el 19 de noviembre de 1948, se inauguró Ciudad Armex. Se descubrió una placa de bronce, colocada en un monolito que separaba la zona industrial de la zona residencial, de las que sólo existía el proyecto. Antes, se inauguró la primera vivienda, ya terminada, de las más de 3000 que planeaban levantarse alrededor de varios galpones y dos fábricas, una textil y otra de tractores.

- Algunos dicen que esa ciudad se iba a construir en los terrenos traseros de la estación de Gonnet. Otros, que sería en Ringuelet. Pero esas tierras son las mismas, unen las dos estaciones. Eran las tierras de la sucesión de un uruguayo de apellido Piria. Hay una especie de palacio que lleva su nombre en Punta Lara…

La documentación histórica es escasa y la información periodística es muy poco rigurosa, como siempre. Los recuerdos de quienes allí estuvieron sólo son eso: recuerdos. Y se sabe que los recuerdos son imprecisos y pueden estar contaminados por fantasías diversas, lo que no significa que sean invenciones, sino, más bien, experiencias enriquecidas.

- Yo, de pibito, lo vi al general de espaldas, caminando por las vías. Estaba un poco lejos, pero lo vi. Una mujer iba caminando al lado. Supongo que era Evita. Y lo acompañaban unos diez o doce hombres trajeados. No había mucha gente, pero sí mucha milicada. Después me dijo un vecino que había venido a inaugurar una ciudad. Para mí, fue una gran estafa. No es de ahora que se lava dinero. No hay ninguna ciudad detrás de las vías…

Aquella mañana, un aviso publicitario en el diario El Día, titulado “Al pueblo de La Plata” y firmado por la empresa Martrans, constructora de Ciudad Armex, daba cuenta de la inauguración y afirmaba que allí estarían el presidente Juan Perón, el gobernador Domingo Mercante y el intendente Vital Bertoldi. Pero no sólo fue un aviso pago. También fue noticia y encabezó su página trece.

- Ningún milico me gustó nunca. Y este no fue la excepción. Evita sí me gustaba. No sé qué hacía con Perón. Supongo que creía en él. No recuerdo ese día que usted me dice. ¿Perón en Ringuelet? Me parece que lo recordaría si hubiese pasado eso. Pero, bueno, capaz que vino de incógnito. Aunque es raro que haya venido de incógnito a inaugurar una ciudad, ¿no? Bueno, tampoco es tan raro, si la ciudad permanece de incógnito hasta ahora…

Perón, Mercante y Bertoldi estuvieron muy ocupados con la celebración del aniversario de La Plata. No estuvieron en la inauguración de Ciudad Armex. Aunque hay vecinos de más de 80 (pocos, por cierto), que dicen lo contrario. También hijos y nietos refieren el hecho, con distintas versiones y aportes.

- Mi papá trabajó ahí. Era albañil. Yo era muy pibe en aquel tiempo. Pero le voy a mostrar lo que me dejó como herencia. Eso sí: no saque fotos. Que la gente dude si es cierto. Es bueno que la gente dude. Acá está. La placa de bronce de aquel día…

“Aquí, simbólicamente, se aúnan en este bronce recordatorio el esfuerzo de hombres de dos pueblos hermanos en continentalidad y esperanza, pasado histórico y devenir común, Argentina y Méjico, que en el anagrama de ´Armex´ conjuncionan su mutuo cariño, su afán creador y constructivo, su anhelo de solidaridad. En paz y justicia, para recordación en el porvenir, este acto se llevó a cabo el 19 de noviembre de 1948, durante el gobierno provincial del coronel Domingo A. Mercante y bajo la presidencia del general Juan D. Perón”.

- Nunca me dijo por qué tenía esta placa. Pero acá está. Y eso es lo que dice…

La Plata festejaba ese día un nuevo aniversario de su fundación y muchos platenses padecían la campaña de Gimnasia. Estaba último en el campeonato, a punto de volver a la segunda división. Pero eso no sucedería. La AFA suspendió los descensos, porque los equipos jugaban con juveniles debido a la huelga.

- Aquel paro fracasó. Quisieron achicar la desigualdad que existía entre los ingresos de los clubes y el salario de los jugadores. Lo de siempre: trabajadores contra capitalistas. Al año siguiente, el Ministerio de Trabajo le puso un tope a los salarios. En pleno gobierno peronista, mire usted. Así que se fueron muchos: Pedernera, Rossi, Di Stéfano, Pontoni, Sastre, un montón… Casi todos a Colombia. Y por eso no jugamos el mundial de Brasil en el ´50, el del maracanazo. Porque no había jugadores…

Pero no sólo pasaba eso. Ese año estuvo atravesado también por la discusión de la reforma constitucional, cuya elección de convencionales tendría lugar el 5 de diciembre y que daría sus frutos en 1949. En el orden internacional, lo surcó la trayectoria de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclamada en París por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre. Y algunas otras cosas que emergen cuando se pregunta por Ciudad Armex.

- No recuerdo eso, mi amigo. Lo que sí recuerdo es que un par de meses antes de lo que usted me cuenta, se desarmó un atentado que estaban preparando para eliminar a Perón y a Evita. ¿Y sabe quién estaba en esa conspiración? Cipriano Reyes, el mismo que movilizó gente desde Berisso el 17 de octubre del ´45 para rescatar a Perón de la cárcel. Hubo grandes manifestaciones callejeras de apoyo al general. En La Plata, por ejemplo, cerraron todos los negocios, no hubo transporte público, hubo marchas, como si fuera un paro general. ¿Qué le pasó a ese muchacho? ¿Se volvió loco? ¿O el gobierno armó todo eso por internas políticas? Yo no lo sé…

Lo cierto es que Ciudad Armex fue presentado como un ambicioso proyecto industrialista, en línea con el Plan Quinquenal del primer gobierno de Perón. Lo que ha quedado en la nebulosa es si ese proyecto sólo fue un fraude o fracasó como puede fracasar cualquier inversión de riesgo.

- Mis padres nunca me hablaron de eso que usted me pregunta. De lo que sí me hablaron es de la alegría de mi mamá ese año. Las mujeres se empadronaron, gracias a Evita, para poder votar por primera vez, para tener los mismos derechos políticos que los hombres. Ella se empadronó en la delegación municipal de City Bell. Claro que pudieron votar recién en 1951. Mucha burocracia. ¿Y a qué no sabe quiénes manejaban la burocracia? Los hombres, querido, por supuesto…

Para el entonces diputado conservador Reynaldo Pastor, colaborador de dictaduras antes y después de Perón, Ciudad Armex fue un fraude y lo fundamentó con abundante documentación en la sesión del 18 de mayo de 1949, en la que planteó la creación de una comisión investigadora. Su acérrimo anti peronismo lo hacía sospechoso de querer emparentar el fraude con el Banco de Crédito Industrial, que había facilitado créditos para ese emprendimiento y era uno de los ejes constitutivos de la política económica de aquel primer gobierno peronista.

- Yo algo he leído, porque Evita me enseñó a leer. Y con el tiempo me vine a enterar que uno de aquellos empresarios mexicanos había sido el embajador de ese país en Argentina, cuando las relaciones estaban un poco enrevesadas por la segunda guerra mundial. Pasó que en 1942 México dejó su neutralidad y le declaró la guerra a Alemania, aliándose con Estados Unidos, porque los alemanes le hundieron un par de barcos petroleros en el golfo Pérsico. Pero Argentina se mantuvo neutral y fue una piedra en el zapato para los yanquis, que no podían alinear a Sudamérica, precisamente por la posición argentina. Así que nos trataron de pro nazis y nos suspendieron créditos y nos redujeron el suministro de petróleo y maquinaria. Algo habrá tenido que ver el embajador mexicano en todo eso, me parece. Se llamaba Spíndola el tipo…

Y todas esas vidas continuaron su vital trayectoria con la normalidad de toda vida y ya casi nadie recuerda aquella historia. Sólo hay memoria imborrable de aquellas historias que plantan raíces en el alma para siempre.

- Evita sí estuvo en Ringuelet. Pero no vino a inaugurar ninguna ciudad. Llegaba siempre antes de Navidad, con sidra, pan dulce y juguetes. A mí me regaló una muñeca en 7 y 516. Ahora la tiene mi bisnieta…